Compra compulsiva

Hablamos de compra compulsiva en la Revista MÍA

09-07-2016
Centrum

El pasado 6 de julio, Francesca Román -directora de Centrum Psicólogos-, participó como experta en el tratamiento de las adicciones en el interesante artículo de la revista MÍA ¿Eres una obsesa de las compras? dedicado a estudiar la tipología de personas con adicción a las compras.

Al hilo de este artículo, que podéis descargar aquí en PDF, os dejamos algunas preguntas y respuestas sobre la compra compulsiva.

¿Qué lleva a una persona a ser adicta por las compras? ¿Cómo es ese proceso y por qué se produce?

No hay un criterio de acuerdo entre los psicólogos, psiquiatras e investigadores sobre el origen de la adicción a las compras. Algunos estudios sostienen la importancia de factores biológicos (alteraciones en el líquido cefalorraquídeo y  presencia del gen del receptor de dopamina DRD1) No obstante, parece ser que la adicción a las compras está muy asociada a un estado de ánimo depresivo, baja autoestima o a la sensación de vacío o de falta de un proyecto vital claro.

En algún momento de su vida (generalmente en la adolescencia o primera juventud) una persona que está experimentando un malestar determinado (tristeza, vacío…) descubre que comprando ciertas cosas con un determinado valor o simbolismo, se encuentra mejor y  el malestar disminuye o desaparece.  La euforia que nos produce poseer el objeto deseado refuerza más y más el esquema malestar-compra y al igual que  ocurre en otras adicciones, necesitamos en el futuro volver a comprar para evitar sentirnos mal.  Comprar acaba así perdiendo su finalidad inicial y se convierte en “aquello que nos quita el malestar”.

Un adicto a las compras compra sin parar, ¿qué beneficio le reporta? ¿Qué siente cuando ya ha comprado?

Como comentaba anteriormente la persona que compra compulsivamente logra a través del acto de comprar sin parar tener una sensación placentera, un bienestar, una euforia por poseer aquello deseado. Lo que ocurre es que se trata de un bienestar pasajero (en ocasiones dura muy poco) ya que en breve vuelve a aparecer la sensación de vacío, de inutilidad por lo que ha comprado y culpa. Esto se hace muy patente cuando la adicción a las compras ha llegado a causar problemas familiares, laborales o personales.

Centrum Psicólogos en Revista Mía

¿Estos comportamientos se agudizan en periodo de rebajas o no necesariamente? ¿Influye el precio de los productos en la adicción a las compras?

No necesariamente, si bien el estímulo de las rebajas no ayuda a que la conducta desaparezca. El precio de los productos tampoco es un factor que determine la compra, sino más bien lo que simboliza para el comprador compulsivo, el objeto que está comprando, lo que esta persona cree  que adquirir tal o cual objeto le va a proporcionar.

Vivimos en una sociedad muy consumista. ¿Cómo podemos evitar el riesgo de caer en las compras compulsivas, cuando los niños prácticamente están creciendo en centros comerciales?

Hay que distinguir entre lo que podríamos denominar “compras excesivas e innecesarias” relacionadas con los mensajes de la sociedad consumista y que podemos evitar educando en los principios del consumo responsable,  de la compra compulsiva, un problema relacionado como vemos una cuestión biológica y/o  con un bajo estado de ánimo.

Por regla general, ¿cuándo y cómo acuden a tratamiento estos pacientes?

Lo más frecuente es que acudan a consulta cuando el problema ha trascendido a sus familiares por las consecuencias asociadas (deudas, tarjetas al límite, etc.) Son incluso en muchos casos los familiares los que instan a la persona a iniciar un tratamiento.

¿Cómo es ese tratamiento?

En mi opinión focalizar el tratamiento únicamente en intentar suprimir la conducta-problema (compra compulsiva) sin más, es insuficiente. Si como al parecer, debajo de esta conducta subyace un problema de autoestima o de estado de ánimo o de otro tipo, suprimir la conducta puede llevar a la persona que la sufre a que “cambie” a otro tipo de compensación (a través de la comida, alcohol…)

En el tratamiento es necesario hacer un abordaje integral del problema que contemple no sólo la posibilidad de un factor biológico que la motive, sino especialmente que se focalice en abordar qué está causando el vacío, la tristeza o cualquiera de los conflictos que puedan hacer que una persona compre para mitigar un malestar para intentar entender la causa y buscar soluciones y alternativas.