Por qué el estrés engorda

23-09-2015
Centrum

Es frecuente escuchar aquello de que cuando estoy con estrés me da por comer.

¿A qué se debe? Son varios los FACTORES que explican esta conducta:

Aprender a calmarse con comida

El origen de la gestión emocional del estrés a través de la alimentación se encuentra a veces en etapas muy tempranas de nuestra vida, incluso siendo bebés.

En la crianza las madres o cuidadores en momentos en los que el bebé se encuentra con desasosiego recurren a la alimentación para calmarle. Si esta conducta se repite con frecuencia se produce un refuerzo y el niño o la niña incorporan el aprendizaje de regulación del malestar a través de la comida.

Así, a lo largo de nuestra vida podemos acudir a esta forma de calmarnos cada vez que sintamos un malestar, por ejemplo, en momentos de estrés. Si sostenemos esto en el tiempo es posible que nuestro peso se vea afectado.

Masticar es ansiolítico

Efectivamente, el acto de masticar tiene un efecto calmante. Cuando descubrimos esto es posible que recurramos de manera automática e inconsciente a comer porque sentimos que eso nos calma.

El consumo de carbohidratos «calma»

La serotonina, el neurotransmisor que hace que nos encontremos más serenos y en calma, se elabora en nuestro cuerpo sintetizando triptófano (un aminoácido presente en muchos alimentos) + luz.

En este proceso, los carbohidratos favorecen que el cerebro absorba más rápidamente el triptófano, elaborando de esta manera mayor cantidad de serotonina y de forma más rápida. Nuestro cerebro «aprende» que si añadimos carbohidratos vamos a encontrarnos más calmados.

En momentos de estrés podemos acudir a esta fórmula para calmarnos. Si la repetimos con frecuencia podemos acabar no sólo dependiendo de los carbohidratos para la gestión del estrés, sino que además, puede afectar a nuestro peso.

El aumento del cortisol

En este vídeo verás a Francesca Román, directora de Centrum Psicólogos y psicóloga experta en trastornos de alimentación explicando por qué el estrés engorda.

Los seres humanos compartimos con el resto de animales la llamada «respuesta de estrés». Esta es una respuesta que nos permite afrontar los peligros (luchando, corriendo, huyendo…).

En esta respuesta de estrés, nuestro cuerpo segrega ciertas hormonas como la adrenalina, que nos permiten reaccionar de este modo. En estas situaciones, el organismo entiende que vamos a necesitar más energía y por eso también comienza a segregar el llamado cortisol, una hormona que tiene la propiedad de abrir el apetito. Eso nos va a permitir comer más y por lo tanto, tener más energía disponible para esos movimientos de lucha o de huída.

La cuestión es que esto está bien, si estamos estresados porque tengamos que huir o luchar de un peligro real, pero nuestra mente entiende también que en ciertas situaciones de estrés -como cuando comemos de pie o cuando estamos sobrecargados de trabajo- entrañan peligro y pone en funcionamiento la «respuesta de estrés», segregando cortisol. Por ello, en situaciones de estrés se nos abra el apetito, comamos más y aumentamos de peso.

CENTRUM Psicólogos tiene un equipo de Psicólogos colegiados Expertos en Trastornos de Alimentación y profesionales formados en terapia para combatir el estrés. Llama ahora al 91 000 6766 o al 647072060 e infórmate sin compromiso. Primera consulta informativa gratuita.

BIBLIOGRAFÍA 

Treasure, J., Smith, G. y Crane, A. (2011). Los trastornos de la alimentación. Bilbao: Desclée De Brouwer.

Yanes, J. (2009). El control del estrés y el mecanismo del miedo. Madrid: EDAF.

Post actualizado en junio de 2021


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