El pasado 18 de julio la SER estrenó un espacio para hablar de los siete pecados capitales. La Directora de CENTRUM Psicólogos, Francesca Román, fue invitada para hablar de la ira: qué es y como gestionarla.
¿Qué es la Ira? ¿Una emoción? ¿Un sentimiento?
La ira es la expresión desmesurada y con falta de control de la rabia que es una emoción. Las emociones son respuestas neurofisiológicas a un estímulo. Los sentimientos son las percepciones subjetivas de las emociones. En los sentimientos está más presente el factor cognitivo, el pensamiento.
La rabia es una emoción universal y necesaria que pertenece al sistema de defensa que como mamíferos tenemos. Si nos sentimos “atacados” por algo o por alguien se activa el sistema de defensa (y entre ellos la rabia) y nos preparamos para defendernos del daño que sentimos. Si la rabia alcanza unas dimensiones muy grandes y perdemos el control de la gestión emocional se convierte en ira.
La ira nos asusta porque tiene un componente destructivo (heterodestructivo y autodestructivo) importante.
¿Es la ira un rasgo de la personalidad?
No. No es un rasgo de la personalidad.
Lo que ocurre es que hay personas que no han podido recibir un correcto aprendizaje de la gestión emocional, nadie les enseñó en la infancia qué hacer en situaciones que nos generan rabia y frustración y llevan ese déficit de gestión a lo largo de su vida.
Sí, es cierto que puede haber personas que por sus características biológicas tengan una menor tolerancia a la frustración, por ejemplo, o que tengan una respuesta neurofisiológica más rápida o más intensa ante los estímulos que disparan la rabia y la ira. Son personas que tienen déficit de serotonina o que sufrieron algún traumatismo en el parto o un traumatismo craneal o una encefalitis y ciertas estructuras neuronales cerebrales quedaron dañadas. Estos casos son los menos frecuentes, ya que lo más habitual es que sea por un mal aprendizaje de la gestión emocional.
En los casos en que se trata de un déficit de serotonina las personas mejoran mucho y pueden controlar la ira tras la administración de cierto tipo de antidepresivos que aumentan los niveles de serotonina en el organismo.
¿La ira aparece desde la infancia?
Sí, puede aparecer desde la infancia. La respuesta de defensa (la rabia, la ira, el enfado) pertenece a un sistema innato.
Todas las personas nacemos con esta capacidad (como mamíferos que somos). Cómo modulemos nuestra defensa ante situaciones adversas (si lo hacemos más saludablemente o acabamos teniendo un ataque de ira) va a depender del aprendizaje de la gestión emocional, de cómo nuestros padres son capaces de contenernos, ayudarnos a modular las emociones y eso puede aparecer (y de hecho aparece) en la infancia.
¿Se puede controlar?
Para que pueda entrar una emoción debe salir la otra. Es como la expresión “antes de entrar dejen salir”. Para evitar la ira es importante que exprese y deje salir la rabia de una forma saludable y modulada. Si “contengo” “aguanto” “me la trago” la rabia se va acumulando y es posible que una situación me dispare rabia pero acabe saliendo ira. Se puede modular, se puede evitar que salga intensa y descontroladamente.
¿Hay señales físicas de que la ira va a hacer aparición para que podamos anticiparnos?
Sí. Como se trata de una reacción defensiva (ante un daño, una injusticia…) todo nuestro cuerpo se prepara para defendernos. En los momentos previos a un ataque de ira se siente una tensión muscular, especialmente en brazos y puños que sólo se alivia con el movimiento (golpes, tirar cosas, etc…) también una necesidad de hablar violentamente (gritar alto). Parece como si todo nuestro cuerpo se preparara para defenderse
¿Podemos enfadarnos menos?
Podemos enfadarnos mejor. Todos nos vamos a enfadar si nos sentimos dañados por alguien o por algo. Pero podemos gestionarlo mejor para no acabar fuera de control y con un ataque de ira.
¿Hay trucos de rápida aplicación para enfadarnos menos?
Sí. La clave es que la rabia no quede dentro (porque nos daña) y que podamos “sacarla” de una forma que no se vuelva contra nosotros.
Si desde la ira dañamos al otro (le insultamos, le agredimos) se está volviendo contra nosotros generándonos un problema. Alguna de las posibilidades rápidas son:
- El bote de la calma. Es útil tanto para niños como para mayores. Este vídeo muestra cómo hacer tu bote de la calma
- Escribir sobre nuestra rabia aunque sean palabras inconexas. Escribir todo aquello que hubiéramos querido decir al otro (al jefe, a la pareja…) pero que sabemos que es mejor no hacer porque se volvería contra nosotros… Podemos escribirlo de una forma automática, no pensando mucho
- Pintar la rabia. Toma lápices de color (uno de un color y pintar con fuerza en un papel). Busca después otro color que te genere calma y pinta encima
- Tirar hielos. Toma hielo y manténlo un ratito en la mano (el frío baja la tensión muscular). Después arrójalo con fuerza (si es posible) por ejemplo a la ducha o al fregadero…
- Sin duda la mejor es conectar con un autodiálogo comprensivo. Darnos permiso a sentirnos molestos, normalizarlo (todos nos habríamos sentido mal en esta situación…), calmarnos con palabras conciliadoras y soltar la rabia (por ejemplo colocarla en un globo y soltar la cuerda permitiendo que se vaya)
Puedes acceder a la entrevista completa aquí.
En CENTRUM Psicólogos somos expertos en Gestión Emocional y en control de ira. Nuestra primera cita informativa es gratuita.
