Comunicar la muerte de un ser querido a un niño y ayudarle a procesar la pérdida y el duelo es una tarea que a menudo los adultos posponemos y evitamos. Muchas veces no sabemos cómo afrontar el duelo infantil y para minimizar el dolor del pequeño ocultamos la noticia o le ofrecemos explicaciones que pueden confundirle o crearle la fantasía de que el fallecido volverá.
La muerte se convierte así en un tema tabú, del que «es mejor no hablar». Sin embargo, si ayudamos al niño a procesar la noticia y la pérdida de una forma natural, podrá interiorizar creencias y conceptos sobre la vida y la muerte más saludables y adaptativos.
Qué es hacer un duelo
Llamamos duelo al proceso de elaboración psicológica que experimentamos tras sufrir una pérdida importante en nuestra vida.
Generalmente al referirnos a un duelo, todas las personas lo relacionamos inicialmente con perder a una persona, pero también hablamos de duelo cuando perdemos un trabajo, un proyecto o incluso cuando tenemos que abandonar un lugar donde vivíamos y que era importante para nosotros (una casa, una ciudad… )
El objetivo de hacer el duelo es adaptarse a la nueva realidad, sin aquella persona o aquello que hemos perdido, de la manera más saludable.
Cuánto dura un duelo
El tiempo de elaboración de la pérdida varía en función de diferentes factores:
- La importancia de aquello que hemos perdido.
- Circunstancias personales de cada uno de nosotros.
- El significado cultural del duelo en nuestro entorno.
- Cómo se produce la pérdida (inesperada o no, violenta…).
Un duelo elaborado de forma correcta suele durar unos meses y en los casos de una afectación mayor puede ser alrededor de un año.
El duelo en los niños
Generalmente los niños superan las pérdidas de una forma natural, habitualmente más rápidamente que un adulto y sin grandes dificultades.
No obstante, en algunas ocasiones los pequeños pueden tener algún obstáculo a la hora de elaborar el duelo infantil y les genera conflictos adicionales. Esto puede ser debido entre otras cuestiones a factores como la edad, la forma de comunicarles la pérdida, el apoyo que reciben de los adultos de su entorno o su participación o no en los ritos funerarios.
Cómo procesan los niños la muerte según la edad
La edad del niño es determinante a la hora de elaborar un duelo, de procesar la pérdida y aceptar el nuevo escenario de forma no traumática.
- Hasta los dos años, la mente del niño carece de una estructura para elaborar un duelo. Generalmente los niños se adaptan en estos momentos bien a la nueva situación.
- Entre los dos y los cuatro años, los pequeños entienden la muerte como si fuera un sueño profundo. Cuando tienen que elaborar una pérdida, los niños se vuelven en esta edad más demandantes de la presencia los padres o de otros adultos. Muchas veces expresan lo que están sintiendo través del juego. También es frecuente que tengan conductas regresivas y vuelvan a aparecer hábitos ya superados.
- Entre los cuatro y diez años los niños reaccionan ante las pérdidas con lágrimas y llanto. No es extraño que se muestren más irritables o más activos que de costumbre. A veces elaboran el duelo a través de fantasías de regreso y sueñan con la recuperación de la persona que se ha ido o de lo que han perdido. También en esta edad puede aparecer el miedo a la muerte y a morir.
Cómo ayudar a un niño a superar la muerte de un ser querido
Como es lógico, la mayor o menor dificultad para abordar la pérdida y la muerte va a depender de muchos factores: su edad, el contexto en el que se ha producido la muerte, cómo reaccionan los adultos de su entorno, otras pérdidas previas, etc.
Sin embargo existen una serie de pautas que pueden facilitar la elaboración del duelo. Te las damos a continuación:
- Comunica la muerte. No es aconsejable utilizar palabras que puedan generar al niño la fantasía de que quien ha muerto pueda regresar. Cuando decimos se ha dormido o se ha marchado de viaje, el pequeño puede creer que volverá o que despertará. Es más adecuado decirle «se ha muerto»
- Da respuestas sinceras a su preguntas. En función de la edad es probable que el niño quiera saber algo sobre cómo ha ocurrido. Es conveniente ofrecerle una explicación adaptada a su edad, omitiendo información innecesaria y teniendo en cuenta que el concepto muerte varía a lo largo de la infancia.
- Anticípale sobre lo que va a pasar. Informar sobre los siguientes pasos (ahora nos vamos a reunir toda la familia, después iremos al funeral…) da seguridad al niño.
- Preguntarle sobre qué desea hacer. Es importante respetar la voluntad del pequeño en este asunto sin imposiciones.
Síntomas del duelo infantil
Los niños suelen presentar reacciones físicas y emocionales ante la pérdida de un ser querido. Algunas de ellas pueden parecer alarmantes pero no lo son si no se producen con mucha intensidad y no se prolongan más allá de un mes.
¿Qué reacciones pueden aparecen en el duelo en los niños?
- Tristeza y llanto
- Apatía y falta de ganas de estar con amigos o de jugar
- Ansiedad y nerviosismo excesivos
- Hiperactividad
- Rabia, ira y en los pequeños rabietas frecuentes y prolongadas
- Miedo y sensación de estar siempre alerta
- Falta de atención y de concentración
- Conductas agresivas
- Alteraciones del sueño con pesadillas, miedo a dormir solo o a la oscuridad.
- Eneuresis nocturna.
- Alteraciones en la alimentación: falta de apetito, rechazo a algunos alimentos o ingesta compulsiva.
Cuando los síntomas son muy intensos y no desaparecen o se mitigan en un tiempo razonable de aproximadamente 4 semanas, es conveniente buscar la ayuda de un profesional que pueda orientar al niño en el proceso de duelo y así recuperar el bienestar.
En CENTRUM psicólogos somos Expertos en Psicología Infantil. Trabajamos con un modelo de Psicoterapia Breve Infantil. En un número limitado de sesiones es posible procesar el duelo infantil de manera eficaz.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Nomen, L. (2008). Tratando el proceso de duelo y de morir. Madrid: Pirámide